La escultura y su ubicación

La escultura y su ubicación.

Cuando acudimos a un museo o sala de exposiciones, las piezas suelen estar bien colocadas y con una luz apropiada y estudiada.

Pero cuando no referimos a escultura de exterior, escultura urbana etc… la iluminación cambia con la luz del día o la estación, lo que confiere a la obra una presencia especial y una serie de connotaciones distintas a la obra del museo.

«La escala, dimensiones, y emplazamiento de una obra sujeta a un lugar, están determinados por la topografía de su lugar de destino». Richard Serra.

Mientras el espacio museístico se concibe para destacar y potenciar las obras que acoge, facilitando la actividad de concentración del espectador, el espacio urbano no tiende a facilitar la comunicación obra-espectador, llenándose de interferencias.

El monumento debe entonces asumir esta dificultad, y lo debe hacer teniendo en cuenta el entorno físico, la identidad histórica, social y paisajística del entorno.

Desde nuestro taller siempre realizamos un estudio previo de la ubicación, en muchas ocasiones será este quien nos dicte el tema y el tratamiento estético que deberá tener la obra.

Buscamos una obra proporcionada al espacio expositivo, ya que es frecuente contemplar piezas demasiado pequeñas, o demasiado grandes, o en una disposición inadecuada.

Dentro de la escultura de gran formato apostamos por diseños funcionales que den pie a la interacción entre la obra, el espectador y su emplazamiento.

A menudo las esculturas se traspasan a otro emplazamientos, y en  muchas ocasiones terminan en museos.  Por lo tanto, es imprescindible tener en cuenta el emplazamiento original a la hora de buscarles una ubicación.

Dependiendo de si los espacios son abiertos o cerrados, del uso de peana…. los puntos de vista varían y con ello la percepción de al obra. Personalmente, como escultor, concibo la escultura como suma de la encarnación de una idea y la relación de esta con su espacio escultórico.

Por que siempre existe un hueco para una escultura.