Son las guías para los peregrinos, desde Roncesvalles, pasando por el Camino Inglés o el Portugués. Las flechas del Camino de Santiago son uno de los dos símbolos más importantes de esta peregrinación. Muchos las siguen, pero pocos conocen su curioso origen. Además, son recuerdos que los peregrinos se llevan consigo también de forma material, ya que los maestros canteros las esculpen en piedra, dando lugar a auténticas obras de arte. Sin más dilación, nos adentramos en la guía más detallada de las flechas amarillas, explicando minuciosamente cómo se crean y se compran.
El origen de la flecha del Camino de Santiago
Las primeras flechas amarillas pintadas en el Camino de Santiago acabaron con su autor en un cuartel de la Guardia Civil. Nos referimos a Elías Valiña, sacerdote nacido en Sarria que ejerció como tal en O Cebreiro, y que desde ahora en adelante será el protagonista total de este artículo.
Nacido en 1919, Valiña fue uno de los grandes promotores del Camino de Santiago a nivel internacional. Su pasión por la mayor ruta de peregrinación del mundo se fraguó en su juventud. Licenciado en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Comillas y doctorado por la Universidad Pontificia de Salamanca, el cura hizo una tesis entre 1961 y 1962 titulada «El Camino de Santiago. Estudio histórico-jurídico«.
Tal y como señala el portal Xacopedia, su afianzamiento como figura clave en el Camino tuvo lugar en mayo de 1985. Elías participó por aquel entonces en el I Encuentro Jacobeo celebrado en Santiago de Compostela junto con otras 37 personas. Y fruto de este evento fue nombrado comisario del Camino de Santiago.
Pero ese cargo no fue necesario para llevar a cabo uno de sus proyectos más importantes: señalizar todo el Camino Francés, desde Santiago hasta Roncesvalles. Y es que un año antes, en 1984, Valiña se embarcó en la aventura de pintar con flechas amarillas toda la ruta. Paredes, casas, señales de tráfico, vallas… Dibujó el símbolo en todo tipo de lugares para facilitar el viaje del peregrino hasta conseguir «la guía más universal y extendida de las señales jacobeas». Con esta rotunda afirmación define la obra del sacerdote el periodista e historiador Antón Pombo, que le dedica varios párrafos en el libro ‘Camino Inglés’ de la editorial Anaya Touring.
Y ahora toca volver al inicio de esta historia, justo a cuando mencionábamos que el autor de las flechas había sido detenido por la Guardia Civil. Y sí, ese autor era Elías Valiña. Los agentes le preguntaron qué hacía con un cubo de pintura plasmando flechas amarillas en diferentes ubicaciones de los Pirineos, en la frontera entre España y Francia. Su respuesta no tuvo desperdicio: «Preparando una gran invasión desde Francia», según informa Turismo de Galicia. Los agentes, atónitos, lo llevaron al cuartel. Felizmente, allí se aclaró todo y Valiña pudo continuar con su cometido.
Consiguió señalizar todo el camino con la ayuda de otros voluntarios, sobre todo de Navarra, creando un símbolo del Camino reconocido actualmente a nivel internacional. Gracias a la labor de este párroco, la flecha es ahora un elemento omnipresente en cualquier tramo de la peregrinación.
Valiña falleció en 1989, pero su obra será eterna. De hecho, una de sus peticiones a sus familiares antes de fallecer fue proteger y conservar las flechas amarillas. Este cometido se ha respetado, gracias, sobre todo, a las Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago. Además, los gallegos también le deben a este párroco la restauración del poblado de O Cebreiro. «O cura do Cebreiro», como le gustaba que le llamaran, no dejó de lado sus laborales locales e impulsó la restauración de la iglesia, la hospedería y del poblado de O Cebreiro. Este asentamiento abierto al público en 1971 tras su remodelación, está compuesto por pallozas, viviendas de planta circular y tejados vegetales, propias de la etapa prerromana y que estuvieron habitadas hasta mediados del siglo XX. Actualmente son un Museo Etnógrafico que también fue impulsado por Elías Valiña.
Por qué son de color amarillo
Hasta el momento hemos contado el porqué y el cómo se crearon las flechas amarillas del Camino de Santiago. Sin embargo, todavía no hemos desvelado el motivo de la elección del color. La web Vive Camino, referencia en este peregrinaje concreto, desvelas tres razones. En primer lugar, se eligió el amarillo por su buena visibilidad. Es un color llamativo, fácil de ver para cualquier peregrino.
En segundo lugar, por la ausencia de amarillo en las rutas de senderismo de Francia. En este sentido, cabe recordar que la capital de Galicia recibe cada año muchos peregrinos del país galo. Por tanto, siempre que ven una flecha amarilla, la asocian al Camino de Santiago.
En tercera instancia, por una simple casualidad. Valiña se llevó a su aventura botes de pintura destinados a marcar carreteras. Precisamente, la pintura era de color amarillo, y en consecuencia, lo utilizó para sus flechas.
Cómo se hace una flecha del Camino de Santiago en piedra, paso a paso
Más allá de las flechas oficiales pintadas a lo largo de la ruta, es común que los peregrinos se lleven un recuerdo del Camino con la flecha como protagonista. De hecho, es habitual ver su dibujo en pulseras, llaveros y camisetas, pero sin duda alguna, el gran souvenir es una escultura con la flecha.
Para realizar las flechas del Camino, el proceso de trabajo comienza con el dibujo o aplantillado de la flecha en el monolito. Una pieza tradicional debe estar realizada a mano, usando un cincel y una maceta. Por lo general, estas flechas se labran hundidas en el sólido capaz.
Dependiendo de si se trata de un relieve o de un vaciado, se extrae la piedra sobrante de la parte interna o externa de la flecha empleando el mismo método de elaboración que ocurre con la talla de letras. Por último, se procede al acabado de la pieza, que en muchos casos es pintado.
Hoy en día, muchas de estas piezas están realizadas por chorros de arena o láser, pero algunos talladores todavía usan el cincel tradicional personalizándolas y haciéndolas únicas.
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