Si a algún habitante de España le era desconocida la palabra ‘cruceiro’, el pasado 7 de noviembre tuvo la oportunidad de conocerla en los medios de comunicación. El destrozo del cruceiro gallego de la plaza de Jacinto Benavente en Madrid copó titulares y generó polémica en las redes sociales.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, calificó el estrago de la escultura como un “acto vandálico” y en las horas siguientes se conoció al culpable. Un músico callejero se había subido al cruceiro donado por la Xunta de Galicia a Madrid como símbolo del hermanamiento entre ambas regiones. La estructura de piedra no aguantó el peso del músico y se derrumbó.
¿Fue un acto intencionado? Eso es lo que investiga ahora la policía. Mientras tanto, los amantes del arte escultórico y, en concreto, de esta obra gallega ubicada en Madrid, volverán a disfrutarla pronto. Galicia es tierra de cruceiros y Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, aseguró que el crucero (así se le llama en castellano), será repuesto en su totalidad.
En la comunidad gallega proliferan los cruceiros desde la segunda mitad del siglo XIV. De hecho, se estima que hay entre 12.000 y 14.000 entre las provincias de A Coruña, Lugo, Ourense y Pontevedra (aquí se pueden consultar todos). Son esculturas religiosas hechas en su mayoría en granito, la piedra más popular de Galicia, esculpidas por maestros canteros. Además, están rodeadas de mitos y leyendas.
En la guía que presentamos a continuación podrás conocer todos los detalles desvelados sobre los cruceiros gallegos hasta la fecha:
¿Qué es un cruceiro?
Un cruceiro es una escultura religiosa hecha en piedra, principalmente granito, que está formado por una cruz en su parte superior asentada sobre un pilar. Normalmente se ubican en cruces de caminos, en las proximidades de ermitas, iglesias, cementerios u otros lugares que tengan que ver con el culto religioso. En su parte más importante, la cruz, es habitual encontrar la figura de Jesucristo Crucificado. En la otra cara está presente una Virgen o un Santo, de forma habitual.
Los lugares en los que están más presentes son Galicia y Portugal, pero también existen en otras zonas de España. Cantabria y Castilla y León albergan varios construidos allí in situ. Asimismo, Galicia donó ejemplares a otras comunidades, tal y como sucedió con el de la plaza Jacinto Benavente de Madrid.
¿Cuáles son las partes de un cruceiro?
Los elementos que forman por norma general los cruceiros son cinco:
- Cruz: es la parte más alta del cruceiro y en su anverso suele estar Cristo crucificado, mientras que la Virgen María ocupa el reverso. En algunas ocasiones otros santos son protagonistas. Asimismo, en los cruceiros más comunes la cruz no incluye figuras.
- Capitel: es la estructura ‘troncopiramidal’ que sostiene la cruz. Suele estar decorada con imágenes de ángeles, querubines y elementos de la naturaleza.
- Fuste: es el pilar del cruceiro. La pieza más alargada de forma cilíndrica, cuadrangular u octogonal. También puede incluir elementos decorativos.
- Pedestal: base cúbica en la que se inserta el fuste. Acostumbra a tener inscripciones con fecha y autor. Puede ser lisa o estar decorada. Otros nombres que recibe son basa o dado.
- Plataforma: no todos los cruceiros la tienen. Suele estar formada por escalones que hacen ganar más altura a la escultura.
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¿De qué materiales está hecho un cruceiro?
La mayoría están construidos con piedra de Galicia, concretamente el granito, la roca más utilizada en la comunidad como material para esculturas. Las 40 variedades de granito afloran a lo largo de toda la región, convirtiéndose en la actualidad en el quinto exportador a nivel mundial y representando el 78,78% del total en España.
Otros edificios religiosos de renombre más antiguos que los cruceiros ya se habían creado con esta piedra, como es el caso de la Catedral de Santiago de Compostela o la Torre de Hércules en A Coruña.
Su durabilidad casi infinita, su resistencia a la abrasión del fuego, el calor, los rayos ultravioleta y las manchas hicieron que los artistas de la época se decantasen por él. Estas características han permitido que estas esculturas sigan casi intactas en la actualidad.
Historia, origen y leyendas de los cruceiros
El origen de los cruceiros gallegos está íntimamente relacionado con la celebración por parte de la Iglesia del Concilio de Trento (1545-1563), según el estudio ‘Ecce lignum crucis Origen de los cruceros gallegos’ del historiador Salvador Fernández de la Cigoña Fraga. Este consejo fue convocado por el papa Paulo III como respuesta a la reforma protestante y en él participaron representantes religiosos gallegos. En él se establecieron las nuevas normas dogmáticas y éticas de la Iglesia, destacando la presencia de Cristo en la Eucaristía, la conservación de los siete sacramentos y la veneración de santos y de la Virgen María.
Este último punto es clave para entender la proliferación de los cruceiros desde entonces, ya que se hizo hincapié en el importante rol de imágenes y obras sagradas para recordar la fe y los beneficios de la religión católica a los fieles. No hay ningún cruceiro anterior al Concilio. Estos comenzaron a multiplicarse a partir de su celebración.
Por otro lado, Fernández de la Cigoña Fraga señala que el asentamiento de la Santa Inquisición en Galicia en 1562 pudo ser determinante para el incremento de la construcción de estas obras religiosas. Esta institución era la encargada de luchar contra la herejía y contra aquellas doctrinas y actitudes contrarias a la Iglesias. Sus líderes no mandaron construir los cruceiros, pero la presencia de la Inquisición en tierras gallegas dejó el camino libre a los artistas y escultores católicos para su creación.
Los que sí tuvieron influencia en los mandatos para construir los cruceiros fueron los obispos post-tridentinos. A través de constituciones sinodales, documentos con propuestas, recomendaciones y reglas para los fieles, hicieron saber que las cruces deberían ser levantadas a más de la altura media de un hombre con respecto a la superficie del suelo.
Así quedó reflejado en las constituciones sinodales del obispado de Ourense del año 1622 y de Lugo en 1675, en las que se optaba por cruces en alto como las de los cruceiros y se rechazaban los monumentos con crucifijos en puertas o paredes. No es casualidad que en el Siglo XVII fuese cuando más cruceiros se levantaron.
Estas investigaciones históricas desmontan la teoría del ensayista y dramaturgo Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao. El autor gallego explicó en su obra ‘As cruces de pedra na Galiza’ que cada cruceiro es una oración de piedra “que quiso bajar un perdón del cielo para el arrepentimiento de quien lo paga y el sentimiento de quien lo hizo”. Es decir, según él, donde hay un cruceiro alguien pecó y este se erigió como oración y en muestra de arrepentimiento.
Las verdaderas funciones de los cruceiros
Ramiro González Cougil, sacerdote de la diócesis de Ourense, desveló en su libro ‘Galicia, la religiosidad gallega ordenada a una liturgia inculturada’, las principales funciones que la Iglesia otorgó a los cruceiros:
- Santificadora de caminos, encrucijadas, plazas y vereas. Dicho de otra forma, hacer presente el cristianismo en las rutas.
- Protectora frente a influjos siniestros y hechizos.
- Conductora de peregrinos. Guía hacia Santiago de Compostela e indicando los caminos más importantes a través de la orientación del Cristo crucificado.
- Reconfortadora y de descanso para los caminantes: su plataforma sirve para descansar.
- Anticipativo-anunciadora de la proximidad de santuarios, sepulturas, muertes por accidente y de los límites jurisdiccionales: un lugar de culto religioso está siempre cerca de ellos.
- Testificadora de las promesas que se realizan.
- Conmemorativa de acontecimientos históricos y legendarios: algunos marcados en el pedestal.
- Impetratoria con motivo de alguna calamidad pública o de algún favor celeste: podían funcionar como herramienta contra la herejía y como altavoz de milagros.
- De acción de gracias por algún beneficio otorgado por Dios.
- Satisfactoria, como penitencia por los pecados cometidos.
- Piadoso-oracional, en orden a la realización del viacrucis.
¿Qué significa la orientación de los cruceiros?
Cada detalle del cruceiro tiene un significado autónomo. Según apunta Xosé Álvarez, autor del artículo “As imaxes dos cruceiros de Lérez” en el número 16 de la revista Cedofeita, la figura del Cristo crucificado siempre está orientada al camino principal. Esa es una de sus funciones, indicar cuál es la ruta principal desde su posición.
Además, el experto indica que la posición de las manos de Cristo da lugar a significados diferentes. Por un lado, si están cerradas indican omnipotencia. Por otro lado, si están abiertas muestran misericordia, y si tienen los dedos índices y corazón extendidos expresan bendición.
Los cruceiros más famosos de Galicia
Dentro de los más de 10.000 distribuidos por tierras gallegas hay cinco que destacan por encima del resto:
Cruceiro de Melide (A Coruña), el más antiguo
Este es el ejemplar más antiguo y data del siglo XIV. Es un cruceiro gótico situado en la Plaza de San Roque de la localidad de Melide. En ambos lados aparece Jesús, en uno crucificado y en otro mostrando las heridas de la crucifixión.
Cruceiro de O Hío (Cangas), con 30 personajes
Este cruceiro de estilo barroco no tiene una autoría clara. Se especula que pudo ser hecho por el maestro Cerviño, pero otros historiadores se inclinan por Ignacio Cerviño Quinteiro como su verdadero artífice. Fue construido en 1872 y tiene 30 personajes. Entre ellos Adán y Eva, la Virgen Inmaculada, el Arcángel Rafael, el Arcángel Miguel, el Diablo, Cristo, José de Arimatea, Nicodemo y San Juan (estos tres bajando a Cristo de la cruz). Asimismo, la Magdalena y la Virgen María están representadas en el momento del desenclavo.
Cruceiros de Combarro (Poio)
Combarro forma parte de la lista de los pueblos más bonitos de España cada año.Jjuegan un rol clave en su encanto sus numerosos hórreos y cruceiros. En concreto, hay siete ejemplares de estos últimos. En seis de ellos, la figura de la Virgen se orienta al mar y la de Cristo hacia tierra.
Cruceiro en O Cebreiro (Pedrafita), con el Santo Peregrino
Ubicado en uno de los lugares más icónicos del Camino Francés hacia Santiago, es uno de los más célebres. La influencia de la peregrinación se ve reflejada en la piedra. El Santiago Peregrino aparece en el fuste del cruceiro.
Cruceiro en Eiroa (Noia) con el desenclavo de Jesús
Se construyó en 1879 y en él se puede observar a José de Arimatea y a Nicodemo en el proceso de desenclavo de Cristo para entregarlo a la Virgen María. A su lado se erige también en piedra un peto de ánimas, es decir, un lugar en el que los visitantes pueden dejar limosna.
¿Quién hace hoy en día los cruceiros gallegos?
Como antaño, los autores de los cruceiros gallegos que se venden hoy en día son los maestros canteros. Los artesanos especialistas en el tallado en piedra prosiguen el oficio de sus antepasados combinando las técnicas manuales con las ventajas de la tecnología actual. En el caso de la restauración de un cruceiro antiguo, estos trabajos se asignan a restauradores que posteriormente contratan a maestros canteros para llevar a cabo el proceso de remodelación de estas joyas del patrimonio.
¿Dónde comprar un cruceiro?
Los maestros canteros reconocidos por ‘Artesanía de Galicia‘ producen cruceiros originales y réplicas de otros antiguos por encargo. Este es el caso del escultor gallego Rodrigo G. Xiráldez, que en su taller PEDRA Stone Design Projects construye cruceiros con todo lujo de detalles para la venta a clientes. Si estás interesado en sus servicios no dudes contactar con él. El trabajo será completamente personalizado, colaborando a la par con paisajistas para encontrar la ubicación perfecta del cruceiro.
Recientemente, Xiráldez restauró el Cruceiro Virgen de la Peregrina en Pontevedra. Este conjunto escultórico alcanza los 4,50 metros de altura y se sitúa en los jardines de la comandancia de la Guardia Civil.
Asimismo, entre sus obras destaca la ornamentación de un capitel marino en el que se observan conchas, caracolas, nécoras y estrellas de mar.
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