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Secretos del reloj de sol: cómo funciona y dónde comprar un modelo en piedra

Medir el tiempo es una acción clave para el funcionamiento de nuestras vidas. Hoy en día, estipulamos las jornadas en función de las 24 horas que tiene un día, y lo hacemos gracias a la ayuda de relojes y otros dispositivos de medición. Sin embargo, esto no siempre fue tan fácil, y la comodidad actual se debe agradecer al reloj de sol. Obras de arte en piedra muy útiles que triunfan en la actualidad como elementos escultóricos en jardines. En este artículo descubrirás su historia, cómo se elaboran y dónde comprarlos. 

Índice de contenidos
El método más antiguo y natural para medir el tiempo
Cómo funciona un reloj de sol
Tipos de relojes de sol
Cómo y dónde comprar un reloj de sol en piedra
Cómo orientarlo y dónde colocarlo

El método más antiguo y natural para medir el tiempo

El tiempo es un concepto cada vez más codiciado. Gestionar esta magnitud física con la que medimos la duración o separación de determinados acontecimientos o fragmentos de nuestras vidas es clave en nuestro día a día. Únicamente analizando el tiempo que nos llevan las rutinas diarias, tanto personales como laborales, y adaptándolas a las franjas horarias diarias, podremos alcanzar el nivel de productividad que nos propongamos y conseguir objetivos ambiciosos. Y en este sentido juegan un papel fundamental los relojes

Hoy en día están por todas partes. De hecho, solo la marca suiza Rolex vendió en 2021 1.050.000 relojes, según los datos del Informe sobre el Mercado de Relojes en Suiza elaborado anualmente por la multinacional financiera Morgan Stanley. Eso sí, los clásicos relojes de pared y de mano analógicos dieron paso a los relojes digitales y, más recientemente, a los relojes inteligentes o smartwatches. Pero la posibilidad de consultar la hora no se limita a estos dispositivos: teléfonos móviles, altavoces inteligentes, ordenadores, televisiones y pulseras inteligentes representan algunos de los ejemplos más frecuentes para responder a la pregunta de ‘¿qué hora es?’. Sin duda alguna, una amplia gama de opciones para atar en corto la fugacidad del tiempo que contrasta con los métodos utilizados hace miles de años. 

Cuando no había relojes mecánicos, las civilizaciones más antiguas de la historia de la humanidad utilizaron el sol como guía para dividir su tiempo. De este modo, crearon el reloj de sol, dependiente irremediablemente de esta estrella con luz propia que orbita alrededor de la Tierra. 

Cómo funciona un reloj de sol

Ejemplo de un reloj de sol en piedra horizontal. / Fuente: Pxhere.

El funcionamiento del reloj de sol es simple: se basa en la sombra que proyecta un objeto sobre una superficie marcada con una escala horaria. Su elemento principal es el gnomon o varilla, que se coloca perpendicularmente sobre la superficie del reloj, proyectando una sombra sobre ella. El espacio que cubre la sombra determina la hora del día.

Esto es así porque la sombra proyectada se mueve al mismo tiempo que el sol durante un día. Asimismo, cabe señalar que la posición de la sombra en la escala horaria depende de la época del año y de la latitud geográfica en la que se ubique el reloj.

Evolución de los relojes: del más antiguo a la actualidad

La primera gran invención del hombre para medir el tiempo y estructurar sus rutinas en torno a él fue el reloj de sol. Los primeros ejemplares datan de la época de la antigua Babilonia, hace aproximadamente 3.500 años. Los egipcios fueron los primeros en dividir sus días en diez franjas de tiempo y lo midieron gracias a los obeliscos. Sí, esos monumentos espigados tenían una función horaria, ya que les añadieron marcas alrededor de la base representando la subdivisión temporal del día. En función de la posición del sol y de las sombras proyectadas por el obelisco en el suelo, los egipcios podían conocer la parte del día en la que se encontraban.

En consecuencia, no es de extrañar que el reloj de sol (portátil) más antiguo del mundo se construyese alrededor del año 1.500 a. C. en Egipto. Este dispositivo dividía el día en 10 franjas de tiempo, pero a diferencia del obelisco, le sumaba dos más coincidiendo con el amanecer y el ocaso, respectivamente. De este modo, las franjas de un día ascendían a 12.

Se trata de una pieza elaborada en esquisto verde (un tipo de roca dura y compacta) con forma de letra L tumbada. En uno de sus extremos, el elevado por la forma de la L, cuenta con una barra horizontal o larguero fundamental en la determinación del tiempo. Asimismo, a lo largo del tallo plano de la L tiene marcados símbolos que delimitan las partes del día. 

El funcionamiento de este reloj de sol es sencillo. Por la mañana se orientaba al este y al oeste, colocando el extremo con la barra horizontal al este. Esta era enfocada por el sol y proyectaba la sombra sobre el tallo, indicando la franja del día. A medida que el sol se movía, la sombra crecía en longitud. A las 12:00 h del mediodía el reloj se ponía en la posición contraria con el fin de medir las ‘horas’ de la tarde, tal y como explica el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de EE UU. Cabe señalar que relojes de sol de este tipo son todavía utilizados en ciertas zonas rurales del país que los vio nacer.

Reloj de sol vertical pintado.
Reloj de sol vertical pintado. / Fuente: Emphyrio de Pixabay.

La evolución del reloj: griegos y musulmanes, claves

Astrónomos y expertos científicos de la Antigua Grecia y la civilización árabe recogieron el testigo de los egipcios. Destaca, en este sentido, la invención del griego Aristarco de Samos en el año 280 a. C.. El astrónomo y matemático que propuso por primera vez el modelo heliocéntrico del Sistema Solar creó el reloj de sol hemisférico o tipo hemiciclo

Esta versión tiene muchas diferencias en comparación con el modelo típico egipcio. En concreto, se trata de una apertura hemisférica cavada en la roca o en madera. Hacia ella se apuntaba con un puntero o cursor al centro a la zona centro de la cavidad. Cuando el sol salía, la sombra del cursor dibujaba un arco de sombra sobre la superficie del hemisferio a lo largo del día. 

El día en este tipo de reloj se dividía en 12 franjas, desde la salida del sol hasta su puesta. La longitud y posición del arco variaban en función de las estaciones del año, lo que daba lugar a horas más largas en verano y a horas más cortas en invierno. Este modelo griego fue un éxito y llegó a utilizarse en el mundo árabe hasta el siglo X.

Otro paso clave lo dieron los árabes en la época medieval. Haciendo valer su dominio de la trigonometría, diseñaron relojes de sol con el gnomon paralelo al eje de la Tierra, un modelo que perduró en el tiempo. Asimismo, Abu Ali al-Hasan al-Marrakushi, astrónomo y matemático bereber del Reino de Marrakech, escribió obras detallando la construcción de estos relojes, y también fue el primero en introducir horas de la misma duración, “al menos para fines astronómicos”, tal y como señala la enciclopedia Britannica.

El reloj de sol para jardín, inventado por los romanos

Si por algo destacó el Imperio Romano fue por su continua innovación. Por ende, no podían quedarse atrás en el desarrollo de relojes. Se especializaron en dos modelos. Por un lado, los relojes de sol para jardín, indispensables para decorar grandes jardines de nobles romanos y permitirles conocer el horario mientras disfrutaban de sus aficiones. 

Los relojes de sol para jardín siguen muy vivos en la actualidad y forman parte de las peticiones comunes a maestros canteros. Su material de elaboración habitual es la piedra, ya que es fundamental para que soporten el paso del tiempo. Si quieres un reloj de sol para tu jardín, puedes solicitarlo aquí (la primera consulta es gratuita).

Por otro lado, los relojes de sol portátiles, creaciones realmente novedosas para la época. Un ejemplo de ello es este reloj que se expone en el Museo de Historia de la Ciencia de Oxford. Esta pieza tiene seis centímetros de diámetro y funciona en un rango de latitudes específico. «Para asegurarse de que estaba correctamente configurado y alineado con la localización del propietario, dispone de una tabla circular en la zona trasera que muestra las latitudes de 30 provincias del Imperio Romano. Tras establecer la latitud adecuada, el dial se ajustaba a la fecha actual. Después, el reloj se suspendía o se giraba hasta que la aguja del eje horizontal proyectaba su sombra en la superficie curva situada por debajo, indicando la hora», señalan desde el museo, dando muestras del conocimiento avanzado e innovador de los romanos.

Auge, caída y usos actuales

En el siglo 14 aparecieron los primeros relojes mecánicos, siendo el más famoso el del alemán Henry de Vick, elaborado en el año 1370 para el Palacio Real (hoy Palacio de Justicia) de París. Su uso proliferó, pero no supuso el fin de los relojes de sol, vigentes en una amplia variedad de sectores hasta finales del siglo XIX. 

En cambio, la invención del telégrafo eléctrico por parte de Samuel Morse en 1832 aceleró la caída de los relojes de sol. Gracias a esta nueva tecnología que permitía transmitir una señal de tiempo a todo un país y también a nivel global, los relojes mecánicos se podían mantener en hora. En consecuencia, la era del uso común de los relojes de sol llegó a su fin. 

Relojes de sol claves en la historia

  • Reloj de sol vertical del Antiguo Egipto: descubierto en 2013 en el Valle de los Reyes, este reloj vertical pertenece al siglo 13 a. C. Sus líneas horarias dividen un semicírculo en 12 partes iguales. Su gnomon insertado en el agujero central, junto con la orientación del reloj hacia el sur, podía indicar las horas comprendidas entre las 6:00 h y las 18:00 h.
  • Relojes verticales de la Torre de los Vientos en Atenas: esta torre construida por el astrónomo Andronicus alrededor del siglo dos a.C. llegó a contar con nueve relojes de sol en sus muros exteriores, tanto hemisféricos como planos.
  • Reloj cilíndrico del museo de Este (Italia): este ejemplar fue encontrado en una tumba del siglo uno junto con otros utensilios pertenecientes a un equipamiento médico. La gran cantidad de objetos enterrados indicaron que la persona fallecida era un médico que le dio un gran valor a su reloj de sol portátil. Permaneció sin identificar durante en el museo italiano alrededor de 100 años. Además, tal y como señala el historiador alemán Helmut Sonderegger, este tipo de reloj de sol estaba todavía en uso en varias zonas del País Vasco a principios del siglo XX, y se le conocía como el Reloj de los Pastores.
  • El reloj plegable con compás de Peuerbach: el astrónomo austríaco fue el primero en construir un Klappsonnnur, un reloj de sol plegable con compás insertado. Asimismo, también fue la primera persona en determinar la declinación magnética en una brújula (revisar cuándo se inventaron las brújulas), lo que perfeccionó la orientación de la brújula hacia el norte y, por tanto, mejoró notoriamente la exactitud a la hora de medir el tiempo.
  • Universal Inclining Dials: relojes de sol típicos de los ingleses en los siglos XVII y XVIII. Se trataba de relojes horizontales con una brújula insertada y un triángulo, usualmente construidos para una latitud de 60º. Una inclinación de la parte horizontal permitía saber también la hora exacta en latitudes inferiores a los 60º.

Tipos de relojes de sol: ¿cuáles son los más demandados en la actualidad?

Reloj de sol vertical en una pared.
Reloj de sol vertical en una pared. / Fuente: Engel62 dePixabay.
  • Reloj de sol horizontal: es el tipo más básico de reloj de sol y funciona mediante la sombra que proyecta una vara o un gnomon sobre una superficie plana. Se trata básicamente de una proyección del reloj de sol ecuatorial en un plano horizontal.
  • Reloj de sol vertical: típico en casas (interior o exterior) y paredes. Su funcionamiento es muy similar al del modelo horizontal. Sin embargo, en esta ocasión el gnomon se sitúa de forma perpendicular a la superficie plana. En ellos, las horas de la mañana están a la izquierda, las 12:00 h o mediodía solar en el centro y las horas de la tarde, a la derecha. En el hemisferio sur, la posición es al revés. Cuando un reloj de sol perfectamente diseñado y orientado, marca las 12:00 h, nos está diciendo dónde está el sur y, por tanto, el resto de los puntos cardinales, Por ello, podemos afirmar que un reloj de sol de este tipo es también una especie de rosa de los vientos. En PEDRA somos expertos en relojes de sol verticales. Si quieres uno, no dudes en contactarnos.
  • Reloj de sol polar: se caracteriza por tener un plano paralelo al eje terrestre. Tiene un plano inclinado equivalente a la latitud del lugar que se quiere medir.
  • Reloj de sol ecuatorial: este tipo de reloj de sol se utiliza para determinar la hora en cualquier lugar. Tienen un semicírculo que hace referencia al ecuador del planeta (de ahí su nombre), el gnomon se coloca paralelo al eje de rotación de la Tierra y tiene una superficie inclinada.
  • Reloj de sol analemático: versión creada sobre una superficie horizontal donde las cifras horarias se disponen en forma de elipse. Suele ubicarse en zonas exteriores y es la propia persona la que proyecta las horas a través de su sombra.
  • Reloj de sol portátil: versión de bolsillo de un reloj de sol. Los romanos fueron los grandes artífices de su éxito a nivel mundial.
  • Reloj de sol de jardín: también conocido como reloj de sol decorativo, se utiliza principalmente con fines ornamentales. Se suele elaborar en piedra, principalmente en granito. Es una escultura preciosa y adaptable a múltiples entornos.
  • Reloj de sol antropomórfico: son aquellos que suelen estar coronados por una cabeza humana o forman parte de una estatua. Proliferan, sobre todo, en Galicia y el norte de Portugal.

Cómo hacer un reloj de sol de piedra

El proceso de elaboración de un reloj de sol de piedra se divide en cuatro fases:

  1. Ubicación: es clave seleccionar una localización adecuada, en la que dé el sol y la orientación sea hacia el sur. Una vez determinado este punto se lleva a cabo un primer boceto de la obra en papel, en el que ya se empiezan a definir las proporciones.
  2. Diseño: dependiendo de la complejidad del reloj se puede modelar previamente en arcilla o bien realizar plantillas a escala para su elaboración en piedra.
  3. Labra: se talla el reloj en un bloque de piedra previamente seleccionado. Para ello se puede aplicar la técnica de la talla directa siguiendo el boceto mediante plantillas, o bien con la ayuda de un transportador de puntos se copia el modelo previamente moldeado.
  4. Anclaje: inserción de los anclajes al reloj para facilitar su futura colocación en su ubicación final.

Cómo y dónde comprar un reloj de sol en piedra

Un reloj de sol en piedra es una pieza escultórica compleja. Por ello, el único lugar de garantía para comprar un reloj de piedra es un taller de escultura. Asimismo, el escultor o maestro cantero debe de estar reconocido por las principales instituciones del sector. El envío se hace al domicilio o lugar requerido y el escultor instala la pieza.

En el caso del taller PEDRA, el escultor soy yo, Rodrigo García Xiráldez. Llevo más de un lustro elaborando relojes en piedra verticales de máxima calidad para mis clientes. Cuento con la certificación de Artesanía de Galicia y de la Red Nacional de Maestros de la Construcción Tradicional.

Cómo orientarlo y dónde colocarlo: de la pared al jardín

Las paredes exteriores y los jardines son los lugares más habituales para colocar un reloj de sol. El motivo es evidente: el dispositivo debe ubicarse en un espacio donde reciba luz directa del sol durante gran parte del día, así como evitar superficies donde proliferen las sombras.

Una vez seleccionada la ubicación, es clave informarse de la latitud en la que se ubica el reloj. La posición del sol varía según este factor, por lo que no dará la hora correcta si no conoce este dato. A continuación, con el fin de ajustarse a la mencionada latitud, se debe adaptar la inclinación del gnomon al ángulo de la latitud donde se encuentra el reloj. 

Por último, es necesario ajustar la posición del gnomon teniendo en cuenta el eje norte-sur. Este proceso se puede ejecutar fácilmente mediante la ayuda de una brújula o de una aplicación que determine dónde se sitúa el norte.

Rodrigo G. Xiráldez

¡Hola! Me llamo Rodrigo y soy un maestro cantero especializado en la escultura en piedra. Desde 2015, elaboro desde cero esculturas exclusivas por encargo en mi taller PEDRA Stone Design Projects. A día de hoy, cientos de clientes españoles e internacionales (realizo envíos al extranjero) ya han confiado en mis servicios para crear sus esculturas personalizadas (valoración de 5 estrellas en Google). ¿Quieres una escultura en piedra? No dudes en contactarme. Cruceiros, esculturas de jardín, bustos, escudos heráldicos, relojes de sol, estatuas religiosas, mesas, bancos, chimeneas… ¡Descubre en este enlace todo lo que puedo hacer por ti! Ver más artículos

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Rodrigo G. Xiráldez

¡Hola! Me llamo Rodrigo y soy un maestro cantero especializado en la escultura en piedra. Desde 2015, elaboro desde cero esculturas exclusivas por encargo en mi taller PEDRA Stone Design Projects. A día de hoy, cientos de clientes españoles e internacionales (realizo envíos al extranjero) ya han confiado en mis servicios para crear sus esculturas personalizadas (valoración de 5 estrellas en Google). ¿Quieres una escultura en piedra? No dudes en contactarme. Cruceiros, esculturas de jardín, bustos, escudos heráldicos, relojes de sol, estatuas religiosas, mesas, bancos, chimeneas… ¡Descubre en este enlace todo lo que puedo hacer por ti! Ver más artículos

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