Escudos heráldicos en piedra: así se respetan las normas heráldicas en la escultura

Los escudos heráldicos de apellidos triunfan en la escultura en piedra. Cada vez más familias piden a los maestros canteros esculpir sus blasones familiares, símbolos de un linaje que se remonta a la Edad Media. Pero para que la escultura se ajuste al escudo original hay que seguir las normas heráldicas, esas que determinan cómo se configuran todos los blasones. Os presentamos el proceso que lleva a cabo un maestro cantero para respetar al máximo estas leyes que ya perduran durante siglos.

Qué son las normas heráldicas

Los primeros escudos heráldicos aparecieron en Europa en los siglos XI y XII, concretamente en forma de escudos de armas de caballeros. Los nobles de la época comenzaron a utilizar la heráldica para distinguirse del resto, es decir, las imágenes y dibujos presentes en los mencionados escudos. Estas imágenes, los dibujos y sus colores tenían significados que hacían referencia a las cualidades de las familias y que han pervivido hasta nuestros días.

Y es que a partir del siglo XIII los escudos heráldicos ya no se asociaron exclusivamente con los escudos de los caballeros. Cada familia burguesa diseñó su propio escudo, uno que representase las fortalezas de su apellido y su correspondiente linaje. 

Este fenómeno de identificación a través de escudos llegó también a las instituciones públicas y privadas, las cuales crearon sus propios blasones. Asimismo, prácticamente cada municipio adoptó un escudo heráldico representativo. 

Pero, ¿se podía diseñar el escudo heráldico de cualquier forma? La respuesta es no. Y es que las conocidas como normas heráldicas determinan cómo tienen que ser. Tal y como señala Pedro Cordero Alvarado en su estudio ‘Principios de Heráldica y Vexilología‘, las normas heráldicas se entienden como «el código de reglas que permite la correcta descripción (blasonamiento) y representación (diseño) de los escudos de armas». Estas son las leyes heráldicas principales:

1. No se debe colocar un color sobre otro color, ni tampoco un metal sobre otro metal. Respetándola se garantiza la nitidez de colores del escudo heráldico. Los cinco colores principales son el azul, el rojo, el negro, el verde y el violeta, mientras que los metales más utilizados son el oro y la plata.

2. Cualquier figura del escudo heráldico debe ocupar la mayor parte del campo (centro del escudo) o de la partición (división en la que se encuentre), pero sin tocar los bordes del mismo. 

3. Cualquier figura del escudo heráldico debe estar orientada hacia la derecha del blasón, es decir, la mano izquierda de la persona que lo ve de frente. De este modo se garantiza la simetría.

Estas son las tres normas heráldicas que debe tener en cuenta un maestro cantero o escultor a la hora de elaborar un escudo heráldico en piedra. El interior del escudo es, sin duda alguna, el mayor reto escultórico debido a la proliferación de símbolos y figuras.

Las normas heráldicas y su influencia en las partes de un escudo heráldico

Las ya mencionadas normas heráldicas influyen decisivamente en la composición de las partes de un escudo heráldico. Los principales manuales de heráldica dividen el blasón en ocho partes, siendo la parte más importante para las normas el campo del escudo.

Se trata de la parte interior del mismo, donde se representan los colores y las figuras, determinantes desde el punto de vista de la reglamentación. El campo también se conoce como centro o abismo.

La parte superior se llama jefe, la inferior punta y sus lados se denominan flancos: flanco diestro y flanco izquierdo. Estos últimos cobran importancia en lo relativo a las normas si están divididos en particiones. De este modo, las figuras pueden ocupar sus espacios.

Asimismo, los cantones son las esquinas del escudo, cuya forma exterior recibe el nombre de boca. Alrededor de ella se pueden ubicar elementos exteriores de todo tipo, entre los que destacan las coronas, los cascos y las espadas.

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Reflejar las normas en un escudo heráldico en piedra

Cuando el maestro cantero recibe el encargo de elaboración de un escudo heráldico, tiene ante así el reto de respetar al máximo las normas heráldicas.

Lógicamente, la primera es imposible de plasmar en un escudo heráldico en piedra. Los colores no se reflejan ya que el escudo se elabora mediante la utilización de granito del mismo tono. Este material es el ideal para estas esculturas ya que es difícil de romper, resiste al paso del tiempo, a las condiciones climatológicas y a las manchas. 

Por otro lado, sí que se verifica el cumplimiento de las otras normas  heráldicas. Esto se hace desde el primer paso de elaboración. Nos referimos al diseño. Por ejemplo, en este escudo heráldico del apellido Alonso elaborado por el escultor Rodrigo G. Xiráldez, ya en el boceto en papel se sigue a rajatabla lo establecido en las normas heráldicas.

Este escudo en particular tiene el campo dividido en cuatro particiones. En dos de ellas se incluye un castillo, y en las otras dos una flor de lis. Estas figuras respetan la norma heráldica número dos: ocupar el máximo espacio del campo o de su partición. La tercera norma es irrelevante en este tipo de escudo, ya que las figuras miran al frente, y no a un lado. 

Tras el diseño en papel, se pasa el boceto a un bloque de piedra. Una vez marcado, tiene lugar el proceso de desbastado. Así se rompen los bloques de piedra sobrantes, se perfilan los volúmenes y se da profundidad a las esculturas. La radial, el taladro y herramientas de mano como cinceles son los utensilios utilizados.

Gracias a ellas se da relieve a las figuras, resaltando en esta ocasión los castillos y las flores de lis. Finalmente, el procedimiento de tallado en piedra termina con el acabado a base de gradinas y lijas. 

Cómo se interpreta un escudo heráldico

Una vez elaborado el escudo heráldico en piedra, quien lo vea deberá conocer cómo se interpretan las normas heráldicas. Solo así conocerá el significado de las formas y las figuras.

A la hora de interpretar un escudo heráldico entran en juego múltiples factores: las figuras geométricas, los esmaltes y colores, las figuras de animales, flora, edificios, armas y otro tipo de figuras fuera de estos ámbitos. 

En el caso que nos ocupa, el castillo del escudo Alonso significa grandeza y poder. Por su parte, la flor de lis hace referencia a la realeza y son símbolos también relacionados con la religión. En este enlace puedes conocer cómo interpretar un escudo heráldico al detalle.