¿Solo piedras viejas o activo social, cultural, ambiental y económico?
La rehabilitación y reutilización arquitectónica en Galicia ha sido una constante a lo largo de la historia. Se han transformando las construcciones, enriqueciéndolas en muchos casos y desvirtuándolas en otros tantos.
Allá por mediados del siglo XIX se comenzó a prestar atención al Patrimonio como un elemento portador de la memoria colectiva.
A finales del siglo XX se recomendaba utilizar los edificios históricos exclusivamente cuando existiese compatibilidad entre su función original y su función demandada.
«Cuidad de vuestros monumentos y no tendréis necesidad de restaurarlos.» John Ruskin (1819-1900)
En la actualidad la Ley 5/2016, 4 de mayo, del patrimonio cultural de Galicia recoge los distintos bienes arquitectónicos que integran el patrimonio cultural.
Están protegidas las casas rectorales, por ser un edificio relacionado con el culto religioso, los pazos provinciales construidos antes de 1926 y los edificios o los conjuntos de edificios, construidos con anterioridad a 1803.
Estas edificaciones además de ser un testigo documental de una época pasada, son un recurso en el que el sector hotelero, hostelero y vinícola han puesto especial atención.
Los paradores supusieron un punto de inflexión en la relación entre Patrimonio y Turismo, sentando las bases de unas intervenciones que han llegado hasta nuestros días.
La importancia del Enoturismo en Galicia está íntimamente relacionado con la ubicación de sus bodegas, como es muy reconocible en los mismo nombre de las bodegas y de sus vinos:
Y de igual manera, el Agroturismo ,Ecoturismo o Turismo Rural Ecológico se asienta en en pazos, rectorales y casonas rurales.
Un caso de rehabilitación cuidadosa y respetuosa es la realizada por el estudio Arquetipos en el Pazo de Vilane otro ejemplo de proyecto sostenible e innovador en el entorno rural.
Los casos analizados han puesto de manifiesto como la memoria documental del inmueble no tiene por qué ser sacrificada para el desempeño de una nueva función.
«Enfocar nuestro patrimonio como una estructura productiva y un espacio para el desarrollo cultural y social»
De igual manera, la rehabilitación de dichos inmuebles tiene que respetar al 100% su identidad.
Por ello es necesario apoyarse en el saber del oficio tradicional, y en profesionales que lo dominen sin rechazar el uso de los avances tecnológicos.
A la hora de trabajar hay que ser conscientes de que no se trata de un monumento arquitectónico actual.
La recuperación del Patrimonio para la industria hotelera y vinícola se presenta como una garantía de su salvaguarda y autosuficiencia, aumentando además su plazo de vida y conformando un capítulo más de su historia.
Es decir, la rehabilitación supone la puesta en valor del monumento y permite su reintroducción en la vida activa de la sociedad.
«…larga vida a esas piedras viejas»